Mirada saludable. Grandes aliados en salud ocular

Aunque pueda parecer que acabamos de pasar una de las etapas del año que más puede afectar a la salud ocular como es el verano por la exposición al sol durante más horas, el cloro de las piscinas, la sal de mar, el aire acondicionado… Los ojos siguen expuestos diariamente a factores que pueden perjudicar su bienestar. El efecto dañino del uso abusivo de las pantallas siguen estando a lo largo de todo el año, lo que puede hacer que nuestros ojos estén más sensibles y que puedan presentar molestias tan comunes como picor, sequedad, enrojecimiento o fatiga.

La vista es el sentido más importante. Se estima que hasta el 80% de la información que recibimos nos llega a través de la visión y que el cerebro dedica la mitad de su energía a procesar la información visual, lo que pone de manifiesto la importancia que tiene gozar de una visión saludable. Convertir en una rutina el cuidado de este sentido tan importante, tiene que ser algo en lo que tenemos que poner, más que nunca, nuestra atención por los múltiples factores subyacentes que, actualmente, pueden afectar a su buen funcionamiento. El síndrome de ojo seco, la degeneración macular, el desprendimiento de retina, el glaucoma o la retinopatía diabética son algunos de los motivos más habituales de consulta al especialista.

Síndrome de ojos seco (SOS): omega-7 y bayas de Maqui, dos nutrientes de gran interés.

El síndrome de ojo seco (SOS) afecta a entre el 15-30%de la población, con una mayor incidencia tanto en personas mayores de 40 años, como en mujeres, especialmente durante la menopausia. Implica la pérdida de agua de la película lagrimal, que es la que lubrica y alimenta al ojo, y también un desequilibrio de la capa lipídica, llegando a afectar a la agudeza visual. La causa principal es el estilo de vida actual que nos lleva a someter ala vista a realizar un gran esfuerzo delante de las pantallas, pero también debido a la contaminación, la luz artificial o el uso de lentillas.

La evidencia científica ha puesto de manifiesto que dos nutrientes como el omega-7 y las bayas de Maqui son dos opciones que hay que tener muy en cuenta para mejorar el síndrome de ojo seco. El omega-7 está presente en fuentes de origen vegetal como las nueces de macadamia y el espino amarillo, y en fuentes de origen marino, en la grasa que queda entre la piel y la carne de las anchoas. El omega-7 de origen vegetal contiene ácidos grasos saturados (palmítico), mientras que el que procede de las anchoas tiene una cantidad de palmítico irrelevante (<1%), siendo una fuente natural de palmitoléico (ácido graso monoinsaturado), lo que evita incorporal organismo más cantidad de la necesaria de grasas saturadas, ya presentes en mucho de lo que comemos a diario.

Tener unos niveles adecuados de omega-7 puede ser difícil solo a través de la dieta, por lo que sería necesario recurrir a un complemento específico. La mejor opción es un complemento de omega-7 de fuente marina. Además, el omega-7 puede ser una opción o complemento a las habituales lágrimas artificiales que pueden resultar incómodas a la hora de aplicarlas en el ojo o, en algunos casos, ser molestas.

Junto al omega-7, las bayas de Maqui por su contenido en polifenoles, entre los que destacan las antiocianinas y delfinidinas con una acción antioxidante muy beneficiosa para la vista superior a otras bayas silvestres(1), son una opción muy valorada. La combinación de omega-7 con bayas de Maqui puede ser una excelente opción para ayudar al síndrome de ojo seco.

Cuidado de la retina: omega-3, luteína, zeaxantina, crocina, betacarotenos yubiquinol. Nutrientes protectores.

Otro de los motivos más habituales en consulta son los problemas asociados a la retina: retinopatía diabética, enfermedades vasculares de la retina, degeneración macular asociada a la edad y otras enfermedades de la mácula o desprendimiento de la retina.

Los carotenoides naturales entre los que se encuentran la luteína, zexantina, betacarotenos, crocina y astaxantina pueden ayudar a reducir el estrés oxidativo y la inflamación ocular, de ahí el papel importante que juegan ante los problemas oculares(2).

Otros grandes aliados de la vista son los ácidos grasos poliinsaturados omega-3(EPA y DHA). Ayudan a modular procesos metabólicos y a reducir la neuroinflamación ocular causada por isquemia, exposición crónica a la luz, estrés oxidativo, inflamación y envejecimiento(3). Podrían reducir la acumulación de depósitos de grasa en los vasos sanguíneos de la retina, favoreciendo una mejor nutrición de la retina y un correcto funcionamiento de la mácula(4). Es muy importante que la fuente que se elija de omega-3 sea de la mejor calidad y biodisponibilidad como es el Aceite de Krill, en el que el DHA y EPA están en forma de fosfolípidos.

El ubiquinol, la forma reducida y activa de la Coenzima Q10,es una molécula que tiene un papel muy importante en la producción de energía (ATP). Es el antioxidante liposoluble más potente presente de forma natural en todas las células y a nivel ocular hay evidencia científica en que ejerce una acción positiva en pacientes con glaucoma y sobre el estrés oxidativo(5).

Cuidar de nuestra vista es un compromiso personal importante. Cualquier medida de protección que tomemos a favor de la salud ocular es, sin duda alguna, un gran paso adelante para gozar de una buena visión más años.

Referencias;

  • Miranda-Rottmann et al. J. Agric. FoodChem., 2002, 50 (26), pp 7542–7547.
  • Mares, J. AnnuRevNutr. 2016 July 17; 36: 571–602.
    • SanGiovanni&Chew. ProgRetinEye Res. 2005 Jan;24(1):87-138.

(5) Edwards et al. ,EffectofUbiquinolonGlaucomatousNeurodegeneration and Oxidative Stress: Studiesfor Retinal Ganglion Cell Survival and/or Visual Function.Antioxidants. 2020, 9, 952.

 

Autor: Celia Valenciano, periodista especializada en alimentación saludable.

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