La Inflamación
La inflamación en si, no es mas que un mecanismo de defensa del organismo ante cualquier alteración en los tejidos, ya sea una herida, un golpe o la presencia de un cuerpo extraño (toxinas, bacterias, virus…etc) hay una reacción de defensa. Lo primero que ocurre es un aumento del flujo de sangre al lugar de la agresión, lo que da lugar a unos síntomas locales: enrojecimiento, calor, dolor y tumefacción.
Esta primera reacción inflamatoria se debe considerar como un intento natural y fisiológico del organismo conveniente para intentar eliminar toxinas y otras sustancias nocivas. Si tuviéramos que analizar detalladamente lo que ocurre en la inflamación, nos encontramos con tres momentos:
-En primer lugar el aflujo de sangre al tejido inflamado y a la vez un aumento de la permeabilidad de los vasos sanguíneos , que permite la salida del plasma hacia la zona dañada.
-Se liberan sustancias que favorecen la inflamación, y otras del sistema inmunitario que producirán radicales libres con efecto bactericida.
-Y por fin, la actuación de las suprarrenales con la secreción de cortisol, limita la reacción inflamatoria. Intervienen otras sustancias antiinflamatorias llamadas citoquinas, y células inmunitarias encargadas de la reparación de los tejidos dañados (macrófagos y fibroblastos).
Cuando esto ocurre de forma fisiológica, el sistema vuelve al equilibrio y la homeostasis.
Además de la inflamación aguda ó crónica, deberemos de hablar de la llamada «inflamación silenciosa”, muy bien estudiado por el Doctor Barry Sears en el Instituto Tecnológico de Massachusetts que es una inflamación que esta por debajo del umbral del dolor, por lo que puede pasar desapercibida.
Podemos saber que nivel de inflamación tiene nuestro organismo conociendo marcadores como: insulina, cortisol, hemoglobina glicosilada, cociente TG/HDL, homocisteína y analítica especifica de omega 3 y 6.
Aún así, diferentes circunstancias pueden favorecer la persistencia de la inflamación :
-Cuando tenemos alteraciones intestinales, como por ejemplo un intestino permeable, pasan a la circulación sanguínea toxinas, patógenos o sustancias extrañas que activan el sistema inmunitario y facilitan la liberación de sustancias proinfalmatorias. Si esta patología no se resuelve, la inflamación se cronifica.
-Otra situación que puede favorecer la inflamación crónica , es la desproporción entre los ácidos grasos Omega 6 ( que son proinflamatorios) y los Omega 3 (antiinflamatorios). Esto es bastante frecuente en la alimentación occidental en nuestros días en la que la proporción entre ambos , que debería ser 5/1, está acercándose a proporciones de 20/1.
El predominio de ácidos grasos saturados que son proinflamatorios, hace que persista la inflamación.
Por ello es aconsejable enriquecer nuestra alimentación con alimentos ricos en omega 3 ( nueces , sésamo, lino y pescado).
- Otra situación en la que la inflamación puede cronificarse es cuando la detoxificación hepática es insuficiente. Sobre todo la fase 2, en la que se necesitan la presencia de minerales y vitaminas que actúan como cofactores. Y aquí volvemos a hacer mención a la importancia de la alimentación, tan carente hoy en día de frutas y verduras.
- El stres genera gran cantidad de radicales libres, que nuestro cuerpo es capaz de neutralizar, pero la presencia de metales pesados y otras sustancias tóxicas en la vida diaria hacen que su función sea deficiente.
- Por otra parte la vitamina D, es un moderador del sistema inmunitario, regulando los linfocitos para evitar enfermedades autoinmunes ó alergias. Hoy en día un porcentaje elevado de personas tienen las cifras de vitamina D por debajo de los niveles de normalidad, quizás por la insuficiente exposición solar, o las carencias alimentarias.
- Una situación muy frecuente hoy en día, es la resistencia a la insulina, que se origina como consecuencia de dietas ricas en hidratos de carbono y azúcares, sobre todo de reabsorción rápida. El aumento de secreción de insulina necesaria para metabolizar los azúcares activa sustancias del sistema inmunitario ( citoquinas). que son proinflamatorias . La inflamación en este caso afecta primordialmente a las arterias y sistema vascular, tan importante en los diabéticos, que deberíamos prevenir.
El primer pilar del tratamiento sería la alimentación que es fundamental cuidarla en estos procesos de inflamación silenciosa y crónica:
- Moderaremos la ingesta de hidratos de carbono, y sobre todo evitaremos los refinados que constituyen los hidratos de carbono de reabsorción rápida que alteran el normal funcionamiento de nuestra insulina.
- Consumiremos más proteínas, a ser posibles vegetales como la soja y las legumbres y disminuiremos las carnes rojas, quesos curados y embutidos.
- Minimizaremos la ingesta de grasas, sobre todo las saturadas que proceden del mundo animal.
- Tomaremos suplementos de aceites de omega 3, que mediremos periódicamente.
Indiscutiblemente, debemos mantener una actividad física adecuada, gestionaremos nuestro estrés y descansaremos adecuadamente para que nuestro cuerpo se recupere.
Muchas sustancias naturales tiene efecto antiinflamatorio, entre ellas están:
-Enzimas: serrapeptasa, boswelia, papaína , bromelaina…etc
-Plantas: Harpagofito. Cúrcuma, Gengibre…
-Otras sustancias: Ácido Lipoico, …
Autor: redacción Salud Integrativa
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