El dolor (2ª Parte) , calidad de vida desde la consulta de Osteopatía

Abordaje Oateópatico del dolor con Manuel Peinado, Dr. en Ostepatía y Fisioterapia

Hablemos de la fisiología del dolor Manuel, ¿Qué función tiene el dolor?
En los tratados de fisiología se describe al dolor como la señal de que algo no está funcionando bien. Es la señal de que en el organismo está pasando algo de lo que ese dolor nos avisa por tanto, el dolor es algo necesario. Es más, hay patologías donde se produce una ausencia total de dolor, y eso supone un problema serio para la salud, pues podemos no ser conscientes, por ejemplo de estar quemándonos.

El dolor se origina en cualquier estructura del cuerpo que está sufriendo un daño, por medio de unos receptores sensibles específicos. Esa información se transmite por medio de los nervios hacia la médula espinal y hacia el cerebro, donde esa consciente. Pero debemos saber que no todos los estímulos dolorosos se hacen conscientes,
hay en el cerebro algunas estructuras, sobre todo el tálamo, que ejercen el papel de “filtro” de esa información, y que deciden si se Y también es interesante saber que la percepción de dolor, y su interpretación, tiene diferencias totalmente individuales.
¿Hay distintos tipos de dolor?
Sí, claro. Por la evolución podemos distinguir entre un dolor agudo ó crónico. La transmisión del dolor depende de tipos de fibras nerviosas distintas. Por ejemplo, un martillazo en un dedo, aparece primero un dolor intenso que nos hace retirar la mano. Este está transmitido por fibras nerviosas rápidas. Pasados unos instantes aparece un dolor más amargo, más duradero. Este está transmitido por fibras nerviosas lentas, pero que perduran en el tiempo.
También podemos distinguir entre el dolor que manifiestan distintas estructuras:
articulaciones, músculos, ligamentos, nervios, etc. En estos no sólo es diferente la característica del dolor, a menudo también la intensidad. Es importante recordar que hay partes del cuerpo que manifiestan el dolor en zonas distintas
dónde se encuentran, como por ejemplo los órganos internos. Éstos dan lo que denominamos “dolor referido”.

¿Qué tipo de dolor acude mayoritariamente a una consulta de osteopatía?
Lo más habitual es que los pacientes vengan con dolor subagudo o de largo recorrido (crónico), aunque algunas personas acuden con dolor agudo por golpes, caídas, lesiones.
El estrés también está detrás de muchos dolores, pues detrás de él hay una alteración del sistema nervioso y el sistema endocrino que tienen como consecuencia proceso de “inflamación de bajo grado”, que produce dolor crónico o de largo recorrido, difuso, en distintas partes del cuerpo.
Muchas veces nos encontramos con personas que manifiestan dolor en distintas partes del sistema  musculoesquelético, y sin embargo el origen es en un órgano interno, visceral, dando en ese caso un dolor referido al dorso o una extremidad. Sin necesidad de patología en ese órgano, un problema funcional puede manifestarse con dolor al aparato locomotor.
Algunos pacientes nos consultan por dolores derivados de una hernia discal o similar, que le  produce una ciática, si es en la pierna, o una neuralgia en el brazo, también tenemos muchas consultas por todo tipo de dolor de cabeza: jaqueca, migraña, neuralgia del trigémino, etc.

¿Cómo abordamos el dolor en Osteopatía?
Aquí es importante que recordemos algunos conceptos generales importantes del abordaje osteopático.
El primero es la integridad del cuerpo. Todas las partes del cuerpo están conectadas entre sí, y el correcto funcionamiento depende de una sinergia entre todas las partes, de tal manera que si hay un problema en una de ellas puede afectar a las demás de una u otra manera. De esta forma introducimos el concepto de “interdependencia regional”.
También recordar el concepto de adaptación/desadaptación. En la mayoría de ocasiones, ante una disfunción en alguna parte del cuerpo se produce un proceso que denominamos de “adaptación” de tal manera que otras partes corrigen el problema y evitan que se produzca daño en el cuerpo, evitan el dolor. Si no se puede producir esta adaptación, por la causa que sea, entonces se produce el daño con la consiguiente aparición de dolor.
Otro aspecto importante a tener presente en el abordaje osteopático es el aspecto bio social. Son parámetros importantes a tener en cuenta cuando abordamos a un paciente, y encuadrarle en el contexto adecuado, no sólo teniendo en cuenta su parte física, sino su contexto emocional y social. De esa manera realizamos un encuadre del dolor de la dentro de la realidad en la que se encuentra.
A pesar de la creencia popular, el tratamiento osteopático no pretende “modificar una posición” o “recolocar” algo. Lo que hacemos es generar reflejos que actúan sobre el dolor, y sobre lo que denominamos “sensibilización central y periférica”. Así, actuamos sobre receptores sensitivos, sobre el huso neuromuscular, lo cual actúa en la plasticidad neuronal del cerebro. Entonces obtenemos cambios a nivel neuroendocrino y neurovegetativo, liberación
de endorfinas y otras sustancias que actúan sobre el dolor, pero también sobre otras cosas importantes como el sueño, la memoria o la reparación de los tejidos. Se sabe que ciertas técnicas que empleamos tienen un evidente efecto antiinflamatorio.
¿Qué porcentaje de éxito tenemos en una consulta de osteopatía en relación al dolor?
Yo te diría que entre un 80 y un 90% de los problemas que vienen a la consulta se solucionan total o parcialmente.
Ahora bien, hay que tener en cuenta las circunstancias individuales. De nuevo volvemos al marco bio-psico-social, hay muchos factores que van a condicionar la evolución del paciente. Podemos decir que dos personas que tienen el mismo dolor no van a evolucionar igual, dado que sus contextos son diferentes.
Cuando iniciamos el proceso de tratamiento de una persona debemos tener en cuenta su edad, su profesión, si realiza o no actividad física y otros condicionantes. Después las patologías asociadas: artrosis, problemas reumáticos, lesiones antiguas, cirugías, etc. Y entonces, después de tener en cuenta todas las circunstancias personales, enmarcarlo en su contexto social y emocional.

A partir de ahí podemos, siendo siempre muy realistas, tener una perspectiva que habitualmente es positiva o muy positiva. Y en ese planteamiento debemos dirigirnos hacia una solución total del problema, o simplemente a un resultado parcial, que muchas veces también puede resultar satisfactorio.

   Autor:  Dr. Manuel Peinado – Redacción Salud Integrativa

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