Los Ritmos Circadianos

Nos tenemos que remontar a 1784 para poder hablar del famoso cambio horario, cuando el científico e inventor Benjamín Franklin, fue el primero en proponerlo con el fin de ahorrar energía, mientras era embajador de Estados Unidos en Francia.

200 años después de la petición de Benjamín, se volvió a hablar de un cambio horario, gracias al constructor William Willet, que presentó una propuesta con medidas de ahorro con un cambio de hora en verano. A pesar de todas las negaciones a ambas propuestas, el primer cambio horario se realizó en Estados Unidos en 1916, debido a ahorrar combustible en tiempo de carencias.

Acabó siendo una ley federal para aquellos estados que decidieron llevarlo a cabo. Fue en la Segunda Guerra Mundial, donde el gobierno de EEUU, por mandato oficial, obligó a todos los estados miembros a establecer el cambio horario de verano, ya que se ahorraban recursos y energía.

En el caso de España, el querer cambiar de horario empieza a principios del s. XX. España tenía tantos horarios distintos como provincias. Todo cambió debido a la llegada del ferrocarril, ya que todo el mundo tenía la necesidad de saber la hora exacta que llegaría el transporte. Después de muchas variaciones y disputas por el cambio, finalmente en 1996 fue cuando se estableció la hora tal y como la conocemos hoy en día.

Todos estos cambios que se producen, provocan en nosotros varios desajustes internos, como si tuviéramos la sensación de jetlag. Entre otras cosas, puede provocar fatiga, cansancio, falta de concentración, disminución del rendimiento físico e intelectual, incluso dificultar por conciliar el sueño. Además también se puede dar el caso que sientas hambre a deshoras o totalmente lo opuesto, falta de apetito o sensación de plenitud.

Para intentar evitar que te suceda todo esto, puedes empezar a hacer pequeños cambios antes de que llegue el día del cambio horario, como por ejemplo:

  • Intenta levantarte o acostarte 15-20min antes o después, dependiendo del tipo de cambio horario que se haga.
  • Intenta atrasar o adelantar tu horario de comidas
  • Practica ejercicio moderado
  • Reduce tu actividad el fin de semana que se haga el cambio horario
  • Evita la siesta durante unos días
  • Modera el consumo de bebidas excitantes: café, té, alcohol o cualquier bebida que pueda alterarte el sueño
  • Disminuye el uso de dispositivos electrónicos, la luz que emiten puede llegar a alterar el sueño
  • No tomes medicamentos para dormir, los efectos del sueño irán desapareciendo solos

Esta sensación de desajuste interior e incluso sentirte algo desubicado, se produce  por nuestro reloj biológico, responsable de controlar los ritmos circadianos. Y te preguntarás: ¿qué son los ritmos circadianos? Son cambios físicos, mentales y conductuales, que se producen en nuestro cuerpo. Está totalmente sincronizado con el medio ambiente, por lo tanto, son cambios que se producen continuamente en periodos de 24 horas.

Hay distintos ritmos circadianos, por ejemplo:

  • Alternancia de sueño-vigilia
  • Cambios de temperatura
  • La producción de determinadas hormonas
  • La digestión

Para mantener un estado de salud correcto es necesario tener en cuenta nuestros ritmos circadianos. Es importante que los respetemos y escuchemos, para no llegar a tener ningún desajuste interno o no llegar a tenerlo en exceso. Como todo en esta vida, el equilibrio es la clave. Intenta seguir las pautas que hemos escrito más arriba y verás que te adaptarás al cambio de mejor manera y tu cuerpo te lo agradecerá.

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